domingo, 11 de diciembre de 2011

Qué más pedir?

Un día soñé, soñé con un iglú muy calentito, con pingüinos locos de remate que bailaban break dance de noche y ballet de día. Soñé que las mañanas eran para no moverme de tu pecho, soñé que siendo esquimales cambiaría los besitos de nariz por los besos "inocentes" con los que me despertarías cada amanecer.

Soñar... Soñar... ¿Para qué soñar?
Esto es mejor que cualquier sueño.



MI PEQUEÑO PARAÍSO, TÚ.

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