Y sé que daría su vida por mí, como yo me perdería el resto de mis días en una caricia suya. ¿Por qué no recuerdo ya el tacto de tu piel, Alejandro?
Tú, mi héroe, ¿qué pasó aquí? ¿por qué está mi corazón patas arriba?
Siento ser yo tu criptonita, tu villano y a la vez tu víctima.
No hay comentarios:
Publicar un comentario