lunes, 23 de enero de 2012

(Sin Asunto)

Y ya no hay nada que me motive, ni los estímulos de los que antes hablaba cumplen bien su función.

Me tiemblan los brazos y las piernas, he perdido toda mi firmeza, mi seguridad, mi estabilidad. Ya no queda fuerza para seguir subiendo, solo caos y destrucción a mi alrededor.

Está todo tan oscuro que da igual donde mire, siempre tengo miedo. Está todo tan desierto, tan desolado, tan... real.

Y ya no quedan arcoiris en el cielo ni destellos en el mar. Las tinieblas se han apoderado de todo lo que en mi vida conocí, y en definitiva han ganado, me han arrebatado todos mis sueños y mis esperanzas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario