domingo, 5 de febrero de 2012

Y te fuiste dejando mi casa patas arriba.


Ya no quiero seguir jugando a este juego, me aburre, siempre es igual, es rutina.

Y tú crees ser libre como el viento y no ves que estás encerrado en cuatro esquinas de hormigón.


Hace tiempo me subí a un tren. Ya está lejos de la estación y no voy a bajarme, ni voy a volver. Tú puedes elegir, o te subes o te quedas. 
Hoy y siempre estará en tu mano decidir qué hacer con tu vida, pero el tiempo pasa y yo no seré pequeña por siempre, y me dirás que vuele, pero yo ya tendré las alas rotas.
Llevo años esperando el momento, la ocasión y no quiero que todo "sea así siempre", porque no quiero esperar más para que, de una vez por todas, algo cambie. Porque odio tener que estarme quieta, odio tener que levantarme todos los días a la misma hora y pensar "hoy es solo un día más".

No voy a dejar que me pongan barreras, esta vez ya no hay límite, será... hasta donde yo quiera.

Y te fuiste, dejando mis párpados en carne viva y el corazón en un puño.


Y no veo el momento de que vuelvas, pero esta vez de verdad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario